ANATOMÍA BÁSICA EN LA ARTROSCOPIA DE CADERA

La palabra cadera con frecuencia no tiene el mismo significado para el paciente que para el cirujano ortopeda. El paciente la asocia, de una forma correcta, con la parte del cuerpo más lateral y prominente por debajo de la cintura. Sin embargo en términos anatómicos es más amplia, incluyendo además de la región lateral más prominente, la región de la ingle y de la nalga, donde hay otras importantes estructuras anatómicas.

La articulación de la cadera une el fémur con la pelvis. El fémur termina en una cabeza, casi una media esfera, recubierta de cartilago, que encaja y articula con una parte de la pelvis, en forma de copa, llamada acetábulo o cotilo, también recubierto de cartílago. El cartílago de ambas superficies, el componente más noble y delicado de la articulación, permite una movilidad de la cadera con mínima fricción, deslizándose la cabeza del fémur y acetábulo con una mínima resistencia cuando movemos la cadera. El acetábulo está recubierto en su periferia por una estructura especial, el labrum, que aumenta la capacidad de que la cabeza femoral quede retenida en el acetábulo durante los movimientos de la cadera, actuando como una especie de ventosa con un efecto de vacio. El labrum también aumenta la propiocepción, es decir, la capacidad del organismo para saber en que posición tenemos la articulación de la cadera, aun con los ojos cerrados. Pequeñas alteraciones en esta compleja articuación pueden producir un Pinzamiento femoroacetabular y la rotura del labrum, propiciando dolor en relación con la actividad. Si no se tratan adecuadamente, estas alteraciones pueden progresar hasta una Artrosis de cadera bien establecida.